Súplica a los ángeles
Amados ángeles de luz, seres celestiales enviados por Dios para protegernos y guiarnos, acudo a ustedes en humildad y reverencia. Escuchen mi voz, oh mensajeros divinos, y acompáñenme en mi camino terrenal. Envuélvanme con su amor y sabiduría, para que pueda sentir su presencia a mi lado en todo momento. Iluminen mi camino con su resplandor celestial y guíen mis pasos por sendas de paz y bendición.
Gracias por su constante protección
Gracias, amados ángeles, por velar por mi bienestar y por protegerme de los peligros invisibles que acechan. En las horas de oscuridad, en los momentos de debilidad, fortalézcanme con su luz sanadora y manténganme seguro bajo sus alas poderosas. Que su presencia sea mi escudo y mi amparo en medio de las tormentas de la vida.
Guía divina en los momentos de duda
Oh ángeles de Dios, cuando la incertidumbre nuble mi mente y el miedo amenace con paralizarme, infúndanme confianza y claridad. Que su presencia sea mi brújula en medio de la confusión, y su voz suave me guíe hacia la senda de la verdad y la paz. Ayúdenme a discernir los designios divinos y a aceptar con humildad las pruebas que se presenten en mi camino.
Protección en los momentos de peligro
En las situaciones de peligro y angustia, oh ángeles custodios, acudan velozmente a mi auxilio y disipen todo mal con su poder celestial. Defiéndanme de todo mal físico, moral y espiritual, y manténganme a salvo bajo su manto protector. Que su presencia infunda en mí valor y fortaleza para afrontar los desafíos con fe y esperanza.
Acción de gracias y alabanza
En este momento de oración, elevo mi voz en acción de gracias por la presencia amorosa de los ángeles en mi vida. Benditos sean por su fidelidad y bondad, por su constante vigilancia y protección. Que mi corazón rebosante de gratitud sea un reflejo de la grandeza de su amor divino, y que mi vida sea un testimonio vivo de su poder transformador.
Petición final
Amados ángeles de luz, escuchen mi última súplica: permanezcan a mi lado, acompañen mis pasos, guíen mis decisiones y protéjanme siempre. Encomiendo mi vida a su cuidado amoroso y confío en su intercesión ante el trono del Altísimo. Que así sea, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
